miércoles, enero 28, 2009

Día 543, martes

Hace un año, mi padrino me regaló un par de botellas de pisco por mi cumpleaños. Se podría decir que eso marcó definitivamente mi verano. En especial aquellas dos semanas a finales de enero. Yo nunca he sido de tomar trago corto, pero a partir de entonces la ansiedad de las noches me llevaba a abrir la botella de pisco y beberlo. Aún si estaba solo en mi cuarto. No tomaba mucho, apenas unos tragos de la tapita, pero más de una vez me fui a la cama en plena bomba. Por aquella época también te empecé a frecuentar más. Ya sabías que yo fumaba, así que no dudaba en hacerlo delante tuyo. También había llevado algunas botellas de vino a tu casa y me las había terminado yo solo ante tu negativa de acompañarme a hacerlo. Tú te ponías a trabajar y yo me emborrachaba. Al final, siempre terminábamos viendo una película y ya no me negabas más tus besos. Después de mi cumpleaños, llevaba las botellas de pisco y me ponía a beber delante tuyo. Parecías muy divertida con esto. A veces salíamos a comer con alguna amiga tuya. Al poco rato de darle al pisco yo ya estaba borracho. Rara vez te veía tomar.